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Monday, January 05, 2015

El pájaro crítico. (El pájaro que se cagó a Le Corbusier)


Que entre un pájaro por la ventana de la oficina, es maravilloso…

Que no huya y se pare sobre un libro de arquitectura, es sublime…

Que se cague en el libro de arquitectura no es tan bueno pero es español…

Que el libro sea de arquitectura moderna del Cuervo, es sabiduría pajarística…

Que vuele nuevamente hacia el patio cuando intentas fotografiarlo es Talca...

Que salgas a verlo y no logres identificarlo entre los otros pájaros...

Eso, eso es Latinoamérica...

Saturday, November 08, 2014

NO TENGO TIEMPO

Cuando alguien nos dice: "no tengo tiempo" lo que en realidad quiere de decir es: “Tengo cosas que considero más importantes que atender”, sin embargo, no se plantea así de directo.

Recuerdo una ocasión en la que pedí audiencia con una autoridad importante de gobierno. Su secretaria me indicó que no podría atenderme, debido a un sinnúmero de compromisos inherentes a su cargo. 

—Me tomó por weon me dije­ y en enseguida le insistí con un ¿y después…? Haciéndome el weon, a propósito esta vez.

—Es que tiene toda la agenda ocupada... me dijo  

—Ahhhhh... murmuré comprensivo y luego de pensar un momento, le propuse con aire esperanzado: ¿y si le compro, yo mismo, una agenda nueva? ¿Me podrá anotar una reunión? ¡Quedaría yo de los primeros! —le recalqué alegre, por cierto, una vez que atienda a todos los de la agenda actual, ¡no antes! Aclaré de antemano

—No, si no es eso replicó, argumentándome nuevamente que era difícil, puesto que era una persona sumamente ocupada y tenía varias semanas ocupadas, con agenda ocupada.

—Pero... ¿Y después? re insistí Yo tengo tiempo. Incluso si él no tiene tiempo nunca en los cuatro años que durará en el cargo, me puede agendar con quien que lo suceda, ¡Él o ella, de seguro todavía no tiene ninguna reunión agendada, ¡Ahí sí que quedo de los primeros! Concluí, mientras fingía una sonrisa para dar por cerrado el impedimento.

Debo reconocer que a estas alturas el disfrute mío era excepcional, pues es evidente que me divertía haciéndole zancadillas lógicas a esta señora. ¡Que me perdone dios! (y su secretaria...)


—Como le dije caballero, don Rodrigo es un hombre muy ocupado y sería difícil que lo pueda atender, tiene cosas súper importantes para estos días rezongó exculpándose con sonsonete infantil.

—Entiendo comente resignado. El debe tener asuntos muy importantes que atender debido a su cargo reflexioné en voz alta y tras un momento, embestí de nuevo para llevarla a otro terreno:

—Pero... ¿el hace cosas importantes, se ocupa de cosas de relevancia, no?, A lo que ella respondió con cierto orgullo y firmeza (sobre todo al mencionar la palabra "jefe"):

—¡Por supuesto!, mi jefe es el encargado de... y está a cargo de... le toca ver cosas como...  además, el ve todo lo que tiene que ver con... etc., etc. —; mientras se sumía en halagos y genuflexiones, por llamar de algún modo decoroso, a esos ademanes donde las personas se inclinan y usas profundamente la boca para alabar a un "ser" superior jerárquico.

—Y entonces ¿por qué no me puede atender? —pregunté—. Ud., ni siquiera sabe del tema, ni la importancia que pudiera revestir. ¿Cómo evaluó la importancia de lo que debo plantearle si ni siquiera conoce el tema, ni tampoco me conoce? ¿Por mi aspecto, por mi hablamiento? —Afirmé, exigiendo con la mirada—

Ella—, con su voluntad real semiexpuesta frente a mí, guardó silencio culpable un momento y preguntó con desgano:

—¿Y de que se trataría? ¿Cuál es el tema de la reunión? Mientras hacia el ademan de tomar un cuadernito para anotar, dejando entrever de paso, una fisura en su voluntad de secretaria-muro; fisura que cerré a propósito para ir por más:

—Ehhh... es algo “personal"  —agregué con firmeza y cierto celo—, frase que sepultó por completo la posibilidad que emergía, retornando la señora a su carácter monolítico fabril.

Pero es que así no le puedo ayudar pué… afirmo con ternura de párvulo—, dejando nuevamente la libretita en la mesa, mientras recuperaba integridad moral, tras haber delegado parte de su culpa en mi.

—Es que no le puedo decir, pero es importante para él recalqué. De hecho, a su jefe es a quien más le conviene lo que tengo se plantearle —sancioné

—¿A si? Inquirió la veterana mientras se habría una vez más una fisura en su voluntad, esta vez, a manos de la curiosidad y servilismo-dependiente.

—¡Por supuesto! le replique. Él es quien más me lo va a agradecer.

—Ehhhh… Es que esta ocupadito pueh... Está con temas súper importantes esta semana afirmó, abandonando la formalidad, en un intento último e íntimo de convencer a semejante porfiado.

—Aaaaaahhh! ¡Al fin entiendo! Exclamé ¡mi tema no es suficientemente relevante para ocuparle tiempo y RAM a semejante autoridad!  ¡Eso era! ¿Por qué no me lo dijo así desde el principio? Pregunté sin esperar su respuesta—. ¡Claro, eso era!

—¡Noooo! me dijo, interrumpiendo mis autocomentarios. No se trata de eso, es solo que él no tiene tiempo disponible —sentenció restableciendo con ello la relación formal que ameritaba esa aséptica oficina.

Mire, vamos a hacer lo siguiente. Si me da un momento, voy a ver si lo puede atender ahora mismo ¿ya? Pero no le aseguro nada… afirmó, buscando mi aprobación mientras se giraba para caminar hacia la gran puerta que nos separaba de su jefe, seguramente, sintiéndose satisfecha por brindarme “ayuda” desinteresada.

No hay problema asentí condescendiente. La espero, tengo tiempo… susurré aunque nunca supe si alcanzó a escuchar esta última frase, que se desdibujó entre mi murmullo, el sonar de sus tacos y el chillido de la puerta, de su jefe.







Nota: para la construcción de este escrito, no fueron sacrificadas secretarias ni autoridades públicas, puesto que el objetivo principal del mismo, más que la exploración de la voluntad —secreta(rial)— humana, es la exploración del uso de guiones largos y el abuso de los mismos.



Mauricio Arnoldo Cárcamo Pino


Monday, October 07, 2013

RE-CUERDOS de mi infancia


Entonces recuerdo que llegamos a un frondoso patio de naranjos. Era una fecha, al parecer,  próxima a la navidad puesto que la dueña de casa nos agasajó con un rico pan de pascua, además de unos manjares amarillos que yo le había expropiado -sin su consentimiento- de un ciruelo que estaba cerca del pozo. Afortunadamente este acto punible sería indultado por ella más tarde con una generosa sonrisa, mientras conversaban con mi madre, banalidades de las que acostumbran los adultos y ante las cuales pueden asentir sonrientes con persistente fin consensual.

Al parecer esta alhajada señora no era de los “ricos malos” porque estaban bien güenas las pelotitas arrugadas de aquel oscuro pan dulce y eso era suficiente para evaluarla, objetivamente en mi ranking de surrealismo infante, más que como una buena señora, como una dama. Desde ese momento y para siempre, se convirtió en la Señora Maruja. 

Pasado algún tiempo entre el árbol grande y oscuro y el otro flaquito y bajo, y tras recomendaciones expresas de no saltar en la tapa del zaguán, decidí que viviríamos allí. Concedí entonces unos minutos más de intercambio de sonrisas nerviosas a mi tímida e inexperta madre y la señora maruja para concluir la licitación. Hubo acuerdo adulto así que tras un caricia impuesta en mi poco dócil y desarrapada cabellera, por parte de tan distinguida dama, decidí retirarnos del lugar por lo que tome a mi mama de la mano y nos fuimos por el largo corredor que da a la plaza ¿a dónde? no recuerdo bien, pero eso ya no era importante.

Fragmento "Recuerdos de mi infancia"

Wednesday, January 09, 2013

Micro, bigote y humores

Subí a la micro camino a mi casa tras realizar un trámite en el cetro de Talca. Para mi mala suerte, note que no me quedaba sencillo solo segundos antes de que el conductor malhumorado asintiera a regañadientes que me tenía que llevar gratis. Estaba revisando por última vez los 180 pesos que me quedaban (supongo esperando a que se multiplicaran bíblicamente) cuando me despierta un... ¿cuánto le falta? proveniente de una señora redondilla y de incipiente bigote sudoroso... La oferta me dejo perplejo, más que por la sudorosa proveniencia y la entallada envolvente de lycra de la emisora, porque se notaba que 400 pesos le resultaban más significativos a ella que a mí. Tengo quinientos treinta me dijo (el pasaje cuesta 400) de lo que inferí estaba dispuesta a cancelarme el pasaje completo cosa que me dejó mas atónito aún.
Pero… se los voy a quedar debiendo -le dije- a lo que contestó con agilidad: “no importa ya le hará bien Ud. a alguien”-me dijo lo que finalmente descerrajó mis emociones…

¿Moraleja de la historia?, dos cosas: una, los humanos, no sé muy bien porque, nos esmeramos en procurarnos porfiadamente el bien en ciertos casos y dos; la transpiración se acumula en forma de gotitas, haya no bigote…


                                                                                          miércoles, ‎09‎ de ‎enero‎ de ‎2013, ‏‎15:53:16

Monday, July 19, 2010

POEMAS PARA ESPERAR EL CAMBIO DE SEMAFORO

ME ACABO

Me acabo
me
acabo
de acordar
de una mujer
morena y borrosa que
perdí un día detrás de no me acuerdo que...











 a cambio,









Se me olvido lo que iba escribir el otro día…





 lunes, ‎19‎ de ‎julio‎ de ‎2010, ‏‎16:38:58


Monday, September 25, 2006

no se...

gdgsdfgdf hoy kjlsdgs estoy xlkbldbdfb un dgdfblkdbl poco dfgldkd inconexo bgffg ...